Cultura de la gestión del riesgo, impacto en la sostenibilidad y crecimiento empresarial

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La gestión de riesgos es un proceso dinámico e interactivo, aplicado a través de un análisis integral de los riesgos.

Contar con lineamientos para la gestión de riesgos permite a las compañías tomar decisiones tanto de riesgos propios, como de aquellos derivados de sus inversiones. Generando valor y capacidad de enfrentar retos y oportunidades en un entorno cambiante. Esta gestión apoya el logro de los objetivos estratégicos, todo en busca de la sostenibilidad de las compañías.

La gestión de riesgos se convierte en una cultura, cuando se implementan constantemente herramientas como la matriz de riesgo, que permite llevar el control de las actividades más importantes de la empresa y el nivel de riesgo relacionado. Para tener una visión general de las amenazas y oportunidades, es importante gestionar todos los departamentos de forma unificada.

Entre algunos de los principales riesgos a los que se pueden enfrentar una empresa, están:

– Riesgo reputacional

– Riesgos emergentes (evolución del entorno)

– Riesgo de talento humano

– Riesgos del entorno (económico, político y social)

– Riesgos nuevos negocios (alta competencia del mercado y aparición de nuevos actores)

– Riesgos financieros y de inversiones

– Riesgos regulatorios

– Riesgos Tecnológicos

– Riesgos de interrupción de la operación

“La cultura de gestión de riesgo es la piedra angular de cualquier empresa. Sobre todo frente a la necesidad de generar sostenibilidad”, así loexpresó James García, vicepresidente de Seguros SURA, en la conferencia Cultura de la gestión del riesgo, impacto en la sostenibilidad y crecimiento empresarial, dada INTEC, en el marco del proyecto Escuela SURA, donde hizo énfasis en que la gestión del riesgo es algo más que una moda. Comentaba sobre estos ejemplos.

Caso Ericsson VS Nokia

Un famoso caso de estudio que nos permite entender la importancia de gestionar adecuadamente los riesgos, es lo que ocurrió con Ericsson y Nokia, ambas marcas utilizaban la empresa estadounidense Philips como proveedor y obtenían los chips de los mismos almacenes.  Un día estos almacenes fueron impactados por un rayo, lo que produjo un incendio menor que fue apagado rápidamente, aparentemente con daños mínimos.

Ericsson, que había negociado un precio preferencial, a cambio de exclusividad con este proveedor, restó importancia al incidente y continuó sus operaciones sin mayores complicaciones. Nokia, por el contrario, tomó la decisión de cambiar de proveedor de chips. Poco después, se descubrió que el humo causado por el incendio había contaminado las existencias del almacén. Así, Ericsson no tardó en quedarse sin chips útiles, y tanto sus acciones como su cuota de mercado se desplomaron. Dos años más tarde, la empresa se vio obligada a asociarse con Sony.

Los riesgos emergentes, también conocidos como riesgos globales, son sucesos a gran escala o circunstancias derivadas de tendencias globales; quedan fuera del control de una entidad por sí sola; y suelen tener efectos no sólo en la propia organización, sino también en terceros dentro del área geográfica, industria o sector, con una magnitud difícil de imaginar. 

Caso Kodak

Un ejemplo de esto se dio con la marca Kodak que, fundada en 1892, fue la empresa líder en el mundo de la fotografía analógica por más de 100 años, pero cuando se presentaron los cambios en el sector no supo prever sus riesgos y se aferró al modelo de negocio que siempre había funcionado. Sus principales competidores, que surgieron mucho tiempo después, supieron evolucionar a tiempo con las tendencias. Kodak tardó en ver el potencial del mercado de las cámaras digitales, cuando lo hizo, incursionó con éxito durante unos pocos años, pero pronto estas comenzaron a declinar, siendo reemplazadas por los teléfonos inteligentes. Su falta de atención a los cambios en las tendencias del mercado los llevó a desaparecer del negocio.

En un entorno globalizado cada vez más exigente, cobra mayor importancia la necesidad de analizar el futuro y sus tendencias para visualizar las oportunidades y la forma como éstas pueden contribuir a gestionar los riesgos estratégicos, entendidos como aquellos que deben tratarse de forma prioritaria, dado su impacto directo en la generación de valor en las organizaciones. La visión y gestión de riesgos es entendida también como generadora de oportunidades para configurar nuevos negocios y redefinir los existentes, explorar geografías, potenciar el talento humano y, en general, para generar valor de forma diferente.

Una correcta estrategia de gestión del riesgo, se materializa en:

→   Gestión eficiente de los riesgos estratégicos y emergentes

→   Optimización de oportunidades a partir de las tendencias

→   Capacidad de resiliencia mediante la implementación de mecanismos de financiación de riesgos

→   Entregar soluciones de seguros que respondan al entorno en el cual se encuentran sus clientes