Movilidad urbana, impacto y transformación del entorno y la sociedad

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Un mundo que se transforma permanentemente obliga también a la adaptación constante. Cada día, las personas, de manera consciente o sin percibirlo, toman decisiones y adquieren comportamientos motivados por la búsqueda del desarrollo humano en todas sus dimensiones, que se traduce en su propio bienestar. La movilidad urbana es una necesidad humana, lo que hace posible que se tenga acceso.

En República Dominicana la gran mayoría de las personas viven actualmente en centros urbanos, haciendo de la ciudad un espacio colectivo de desarrollo, de convivencia e interacción, de relaciones económicas y de producción cultural.

La movilidad urbana como una visión más humanista del transporte se relaciona directamente con la mejora de la calidad de vida del ciudadano, ya que pasa necesariamente por una reestructuración de la forma actual de hacer ciudad, donde la manera más efectiva de transportar gente de un punto a otro no es promoviendo el uso del automóvil privado, sino mejorando los sistemas de transporte colectivo y no motorizados.

La movilidad urbana está referida a los distintos desplazamientos que se generan dentro de una ciudad a través de redes de conexión locales, las diferentes formas que tienen para transportarse las personas. Los mismos se realizan mediante bicicletas, vehículos livianos, vehículos pesados, motocicletas, metro, autobús, intermodal, compartido y a pie.

En cuanto a la urbanización, hay que anotar, que a partir de los registros de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, en 1950 había ocho ciudades que pasaban de un millón de habitantes, mientras que en 2010 esa cifra llegó a ser de 56 millones habitantes. Si contabilizamos que una de cada tres personas de la región vive hoy en alguna de estas ciudades y con la movilidad que hoy se percibe del campo hacia los centros urbanos, se prevé que el 60 por ciento de la población se concentre en ciudades para el 2030.

Dentro de esta nueva realidad, la movilidad urbana, en su amplio espectro, se encuentra en un proceso de plena transformación para ofrecer cada vez un servicio que responda a las exigencias sociales actuales: amigable, fácil, verde, eficiente y eficaz.

La ciudad de Santo Domingo es el centro urbano más importante del país y una de las ciudades económicamente dinámicas en la región del Caribe. En la actualidad, se estiman unos 3.5 millones de personas por día movilizándose en toda la zona metropolitana del Gran Santo Domingo. De esta cantidad, alrededor de un millón lo hacen en vehículos privados y 2.5 millones se movilizan a través del transporte público urbano representando un 36%, de los cuales un 9% corresponde al sistema del metro, 14% a “conchos” y 13% a guaguas y buses, el mismo destaca que la mayoría de estos desplazamientos son realizados de manera obligatoria, por motivos laborales o estudiantiles.

Las proyecciones de crecimiento demográfico y económico de la República Dominicana señalan que el futuro es aún más complejo en términos de urbanización. Si con casi cuatro millones de personas viviendo en la zona metropolitana y con el parque vehicular actual, la ciudad se ha vuelto inviable, de 2030 al 2050 se estima que esta tendencia de vivir en grandes metrópolis seguirá en aumento.

Mediante la Ley 63-17 de Movilidad, Transporte Terrestre, Tránsito y Seguridad Vial  de la República Dominicana, se estipula cada aspecto regulatorio para la movilidad en el país y el papel que juegan cada organismo correspondiente a seguridad vial.

Este año el Poder Ejecutivo aprobó al menos seis nuevos reglamentos elaborados por el Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre (INTRANT), con el fin de impulsar nuevas normas jurídicas en materia de transporte. Cada una de las nuevas reglas va de la mano con la movilidad urbana en el país, como por ejemplo educación vial, la inspección técnica vehicular y el sistema de puntos para la licencia de conducir.

Tendencias y formas alternativas de movilidad

La modalidad conocida como carsharing (autos compartidos) revolucionó el alquiler de autos. Es una realidad muy extendida en países desarrollados. Esta estrategia de “microalquileres” permite alquilar coches por periodos de tiempo limitados, con precios por hora y por minuto de vehículos que pueden buscarse y devolverse en una red de “estaciones” distribuidas por la ciudad.

Un crecimiento sostenido ha registrado las flotas de scooters eléctricos y bicicletas. Por ejemplo, en Santiago de Chile, ya totalizan 12.425 vehículos, según confirman las propias empresas que las operan a través de plataformas tecnológicas.

La electromovilidad sigue ganando espacio, mientras los autos son los protagonistas (entre ellos los desarrollados por Tesla), las aplicaciones del concepto crecen y llegan a vehículos más livianos. Así funcionan las bicis eléctricas, recientemente la tienda de ciclismo Bike Center, presentó seis modelos de la gama Powerfly con perfiles concebidos para quienes son activos en dos ruedas en viajes de bicicleta de montaña, aventura y exploración. Bicicletas y monopatines están en la sintonía y cada vez más crece el número de usuarios que buscan un sistema de transporte sin emisiones contaminantes.

La movilidad de vehículos eléctricos es una realidad en todo el mundo y en los últimos tres años ha ganado terreno en la República Dominicana. Dos razones sustentan su argumento. La primera, su impacto medioambiental. La segunda, es significativamente más económico desplazarse en ellos.

Uber muestra cómo funcionarán sus vehículos voladores, esta nueva modalidad, según voceros de la plataforma de viajes, está especialmente pensada para evadir el tráfico en horas pico en ciudades congestionadas. El modelo de viaje, según imágenes y videos facilitados por la aplicación, funcionará con la integración de helipuertos desde donde despegarán y aterrizarán los vehículos aéreos. Se espera que para el año 2023 la aplicación de transporte público estrene su servicio Uber Air.

La movilidad urbana como eje de la transformación digital, ya es rutina en muchos países, utilizan aplicaciones para: consultar el tráfico, hallar distintas alternativas de rutas, obtener información sobre los aparcamientos, investigar sobre los distintos medios de transporte disponibles, conductores ofreciendo viajes a otras personas que viajan en una ruta similar, alquilar opciones de movilidad. Accitymaps, Moovit, Bipi, Movo, WazeCarpool, Lyft, Moovit, Parkapp, Uber, Cabify, son buenos ejemplos de ello, siendo el caso de la primera especialmente relevante puesto que planifica trayectos accesibles para discapacitados. Estas aplicaciones pronto estarán disponibles en todo el mundo.

La Comisión Europea ha adoptado nuevas normas para favorecer el desarrollo e implantación de sistemas cooperativos de transporte inteligentes (STI Cooperativos) en las carreteras. La nueva tecnología permitirá a los vehículos «hablar» entre sí, con la infraestructura vial y con otros usuarios de la carretera, por ejemplo, sobre situaciones peligrosas, obras viales y programación de los semáforos, lo que hará que el transporte por carretera sea más seguro, más limpio y eficiente.

Todos somos actores para explorar nuevas formas de movilidad, nos toca entender el entorno y sus tendencias para anticiparnos y transformar el futuro de nuestra sociedad.

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